NECESIDAD DEL ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL
Vivimos tiempos de complicación, vivimos en un
mundo en estado de emergencia. De muchas formas las crisis nos afectan como
humanidad, como país y de forma individual; en medio de esa turbulencia nos
encontramos batallando al limite de nuestras capacidades por nuestra existencia
y la de nuestras familias. En medio de
estas circunstancias las fuerzas de nuestros cuerpos y los límites de nuestras
mentes como recursos para hacer frente a la problemática que la vida nos
plantea son insuficientes, llega el momento que nos sentimos indefensos,
vulnerables y buscamos ayuda.
Así acudimos a la ayuda
espiritual, búsqueda que iniciamos en nuestro entorno exterior, tocamos portadas
y conocemos de la curación, de la palabra divina, de nuestra condición de
espíritus encarnados, de que tenemos dones, talentos y atributos espirituales. Pero
en nuestra condición inicial de inconsciencia, lo único que deseamos es que los
síntomas de la enfermedad desaparezcan, que los problemas se resuelvan, que las
condiciones exteriores de injusticia, violencia, pobreza, corrupción se
terminen.
Y esas condiciones ideales
no llegan del exterior a nuestras vidas, en medio de esas circunstancias,
nuestra consciencia se transforma. Nos damos cuenta que hay en nosotros un espacio
interior, íntimo, del que surge un anhelo inagotable que aspira al sentido, al
equilibrio y la plenitud, a la coherencia e integridad, a la totalidad y a la
manifestación del bien, la bondad, la justicia, la belleza y la paz.
Esta
aspiración a una perspectiva más profunda de la existencia nos impulsa a
plantearnos interrogantes y a vivir experiencias que trascienden los límites
habituales de la realidad que perciben nuestros sentidos: nos conectan con la
fuente de la vida y nos acercan al descubrimiento del verdadero potencial de nosotros
mismos. Descubrimos la Espiritualidad. Este es un proceso puede tardar años o la vida misma y no llegar a buen puerto, es decir no descubrir la dimensión espiritual en esta existencia, de ahí lo prudente y necesario del acompañamiento espiritual a quienes buscan sanidad, orientación o apoyo.
LA ESPIRITUALIDAD
La Espiritualidad, es una aspiración y una actitud profundamente arraigadas en el ser humano, y profundamente íntimas: pertenece al dominio interior, a la conciencia o percepción de uno mismo en el universo y su relación con los demás, así como a su desarrollo en el camino de la existencia. “La espiritualidad es el instinto de lo trascendente y divino, la entrega hacia lo Invisible escondido en lo visible. Es el dinamismo interno de las cosas y de las personas que nos empuja a buscar la plenitud y presencia, profundidad, sentido y eternidad en lo que hacemos y vivimos. Es el instinto de retorno a nuestro origen”. Es la sed de Sentido, Unificación y Trascendencia. Espiritualidad es darnos cuenta de nuestra realidad de seres espirituales y despertar del sueño de sentirnos solo cuerpos con una identidad terrenal.
Y en esas experiencias,
descubrimos también que somos algo más que un cuerpo y una mente, los recursos
propios del espíritu emergen: intuición, manifestación, creatividad, videncia,
audición, curación, etc. Y dejamos el papel de victimas y vamos a la vida con
confianza pues nos damos cuenta que nosotros forjamos nuestra propia vida a
partir de lo que pensamos y sentimos. Nuestra mente y nuestro corazón dan forma
a nuestra realidad exterior.
¿PORQUE EL ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL?
El acompañamiento
espiritual no es una simple comunicación de conocimientos, sino
fundamentalmente provocar un proceso de autodescubrimiento espiritual de la
persona, que en medio de la problemática de sus vidas manifieste sus fortalezas
y dones espirituales para que desde adentro comience a vivir el estado de
plenitud, armonía, salud y prosperidad que terminara manifestado en la realidad
exterior.
El acompañamiento no tiene
una finalidad evangelizadora. Independientemente de adónde lleguemos con cada
uno de nuestros hermanos, desde su libertad, sus opciones y sus características
personales, el objetivo con el acompañamiento siempre será que vivan en
plenitud. Se trata de ayudar al hermano en la articulación y profundización de
su propia experiencia de vida; la espiritualidad no es una religión, sino la
expresión del espíritu y sus atributos. El
acompañamiento tiene un carácter educativo. El propósito no tiene una intención
únicamente testimonial o
El
acompañamiento por tanto parte de la realidad concreta de la persona, de su
momento vital y establece una secuencia de pasos que se orientan hacia
conseguir un estado de equilibrio y bienestar al tiempo que, al emplear sus
propios recursos espirituales, aumenta su autoestima, la confianza en si mismo
y encuentra su misión de vida.
LO QUE NO ES ACOMPAÑAMIENTO:
El acompañamiento no es
hacerse cargo de la suerte del acompañado.
Acompañar a los hermanos no puede llevarnos a
responsabilizarnos de su vida y de su suerte. Acompañar exige tener cuidado con
nuestros maternalismos o paternalismos, los cuales pueden derivar en
dependencias indeseables, que están muy lejos del verdadero objetivo: formar
hombres y mujeres responsables, plenos y libres.
El acompañamiento no es adoctrinar ni dirigir. El que acompaña nunca dirige, ni manda, ni crea… el
ser nace del Espíritu y es el Espíritu quien le conduce. El que acompaña no
puede anticiparse, ni marcar el paso, ni menos aún suplantar al Espíritu. Acompañar no es predicar ni querer que los
hermanos repitan nuestra experiencia. Se trata de acompañar el camino que
recorre la persona.
El acompañamiento no es agradar al acompañado, sino
ayudarlo. Quizá pensemos que
cuando nos mostramos simpáticos y buscamos agradar en aquello que decimos,
nuestro acompañamiento va a ser mejor. Pero la experiencia dice que esto no es
así. Una cosa es que seamos amables y acogedores, y otra muy distinta que
dejemos de decir al acompañado la verdad por temor a que se moleste y se vaya.
Entre nuestras responsabilidades está la de cuestionar actitudes y comportamientos
del acompañado, y no podemos obviarla por razones de agrado o desagrado.
Debemos ayudar a los acompañados a tomar conciencia de las propias debilidades
y potencialidades.
El acompañamiento no es tener una respuesta para todo. Acompañar no es el medicamento mágico que va a resolver todos los problemas y las crisis. Acompañar no es una simple búsqueda de consejo, como la que tantos realizan en chats, foros, programas de radio y televisión, en los que «cuentan su caso» y buscan una orientación, una respuesta ya hecha. El rol del acompañante «no es el del consejero que da consejos o soluciones, sino el de la persona que aporta luz para que cada uno pueda descubrir sus propios caminos o detectar sus posibles desvíos, ofrecer información o elementos para que cada uno vaya disponiendo de referencias para avanzar, dar pistas que ayuden a discernir, dar apoyo.
Herramientas de ayuda para el acompañamiento espiritual:
Oraciones,
meditaciones, sanación, información, biblioteca
Búscalo
como: espiritualidadyprogreso.blogspot.com/
2. Desarrollo: https://desarrolloespiritualsextosello.blogspot.com/
Aprendizajes
de sanación y desarrollo espiritual, biblioteca, herramientas de autosanación.
Búscalo
como: desarrolloespiritualsextosello.blogpot.com
3. Nuestro
Correo, escríbenos: 6.sello.1866@gmail.com
4. Nuestro teléfono, escríbenos o llámanos:
56 2018 3519
5. Nuestro
Canal: https://www.youtube.com/@sextosello3865
Búscalo
en YouTube como: Canal Sexto Sello
6. Caja de herramientas de Autosanación:
https://drive.google.com/drive/folders/1RgxjH6XCJ4-vdzk-UxLS-DQ4ihkF_mVc?usp=drive_link
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